lunes, 12 de enero de 2009

Tiempo de rodar, tiempo de vivir: El rodaje de la película

El rodaje de “Recuerdos de un Olvido” ha sido un rodaje fragmentado, con una producción de estilo documental y muy prolongado en el tiempo. Ha ocupado cinco años de grabaciones, y se ha trabajado sin un guión preestablecido, tan sólo con unas pautas de trabajo que se fueron configurando con y alrededor del paso del tiempo. Este último concepto emerge como protagonista elíptico del trabajo, siendo contempladas la memoria y el olvido como manifestaciones principales, humanas y singulares del fenómeno temporal.

La amistad, el amor y su pérdida, el exilio, la alegría, la nostalgia, el misticismo, la paciencia y el desespero son sentimientos creadores de tiempo; en la película, dichas emociones son contempladas sin prejuicios cronológicos, atendiendo sólo a su acontecer poético. Surgen, pues, de una poesía vivida y escrita en el marco de la geografía espacio-temporal andaluza, donde todavía se citan (todavía quiere decir siempre) la belleza estética con un sentido contemplativo, arcaico, romántico e indolente, religioso, esperanzador y sufrido, a la vez.

Esta primera entrega forma parte de una trilogía más amplia, cuya duración total se acerca a las 24 horas, con lo que se convertiría, probablemente, en la película más larga de la historia del cine español. El autor, además, cataloga su film como una “película-río”, puesto que las imágenes fluyen como un río, mientras viajamos junto a la Náyade por las rutas fluviales del Sur, en las maravillosas tierras de Andalucía y Murcia.

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